Stefanía

Una difícil adaptación 

Stefanía tiene 27 años y es madre de Esteban Alessandro (8 años), Danna (5 años) y Adriel (11 meses). Vive en Perú desde hace 3 años junto a su pareja. Ella decidió llegar a Chiclayo junto a sus dos primeros hijos debido a la crisis en Venezuela.  

El dinero no alcanzaba, no se comía 3 veces al día, los niños no tenían frutas, no comían cereal, galletas, nada y por eso decidí migrar para acá, por un mejor futuro para mis hijos”

Stefanía

El trayecto a Perú fue complicado para ella, porque venía acompañada de sus dos hijos de 5 y 2 años. Lo más difícil fue llegar a Tumbes, ya que ingresaron de manera irregular, no obstante, hoy en día su situación migratoria se encuentra regularizada. 

En Chiclayo, Stefanía y sus hijos fueron acogidos por su hermana durante un tiempo. Consiguió trabajo como mesera en un restobar, donde fue víctima de la xenofobia de algunos comensales. Esto casi la lleva a regresar a Venezuela, pero su hermana la convenció de no hacerlo.   

La pasión por la repostería 

Stefanía tiene un hobbie desde Venezuela: preparar postres. En Perú se dedicó a ello con postres simples para vender en parques. Hasta que un día se enteró de Save the Children gracias a un conocido. Es así como ella recibió el capital semilla para su emprendimiento de repostería y pudo comprar una batidora grande y utensilios que le permitieron hornear más tortas al mismo tiempo y generar más ingresos. Actualmente, ella recibe pedidos por redes sociales y prepara postres que exhibe en una vitrina del restaurante donde trabaja y venderlos más rápido, generando un ingreso adicional que le ha permitido mudarse a un lugar más amplio junto a sus hijos y su pareja. 

Adicionalmente, Stefanía recibió 3 entregas monetarias con las que pudo comprar alimentos para sus hijos como cereales y frutas, además de comprar pañales para Adriel, su hijo nacido en Perú. Por otro lado, ella participó en charlas de nutrición. 

“Lo que me sorprendió y no sabía era sobre la alimentación del bebé, cuándo debes darle de comer papilla. Yo a mi bebé le daba todo triturado y en la charla me dijeron que podía darle en trozos más grandes. En Venezuela no se ve eso de comer el hígado de pollo o el corazón, por ejemplo”.

Stefanía

La vida de sus hijos en Chiclayo 

Ni bien Stefanía llegó a Perú, matriculó a sus niños en el colegio; sin embargo, al iniciar la pandemia, ellos dejaron de estudiar hasta el año pasado, que pudieron regresar a las aulas. 

Alessandro Esteban, el mayor de sus hijos, es amante del fútbol. Su ídolo es Lionel Messi. Es un niño tímido. En cambio, su hermana Danna, es una niña muy curiosa, que siempre está pendiente de su mamá. Ambos siempre salen al parque a jugar con sus primos Leonardo y Luciano. 

“Veo a mis hijos estando bien, mientras yo les pueda dar todo. Me gustaría que mis hijos fuesen profesionales”.

Stefanía

Sobre el proyecto 

A través del proyecto “Familias sin Fronteras”, financiado por BHA/USAID, Save the Children llegó a 9798 personas peruanas y venezolanas con información, orientación y asesoría para mejorar las prácticas de alimentación de 2282 niñas y niños menores de 5 años, a la fecha. 

Del mismo modo, Stefanía y su familia son parte de las 3620 familias que han sido beneficiadas por el proyecto “Un Camino hacia la Integración”, con el apoyo de la Oficina de Población, Refugiados y Migración (BPRM), que a través de capital semilla y cursos de mentoría ha ayudado a la implementación de 237 emprendimientos hasta la fecha, siendo el 91% mujeres beneficiarias. Además de lograr un impacto positivo en la calidad de vida de un total de 2053 niñas y niños.