Manuel* y Franco*

Juntos en busca de una vida nueva

Manuel* (33) y Franco* (40) se vieron obligados a salir de Venezuela en noviembre del 2019. Se conocieron en Ecuador, mientras descansaban a un lado de la carretera, y decidieron seguir juntos hacia Perú junto con otros dos migrantes. Tras más de un mes de peligros, cansancio e incomodidades consiguieron cruzar la frontera. Ellos saben que permanecer unidos les dio la fuerza que a veces sentían que les faltaba. 

“Estudié electrónica y me iba bien trabajando en eso, hasta que la crisis (en Venezuela) sobrevino y comencé a hacer de todo un poco. Quedé viudo hace siete años, no quería separarme de mis hijos, pero ya no alcanzaba ni para comer. No me quedaba otra opción. Soy consciente de que mis hijos dependen de mí, así que tuve que migrar”. 

Manuel

“En Venezuela trabajaba en un asilo, que pertenecía a una organización del estado. Llevaba a los adultos mayores a comer, bañarse, etc. Por las tardes me dedicaba a entrenar a niños de bajos recursos y enseñarles fútbol. Me vine sin avisar, pese a tener más de 15 años trabajando para el estado, pero ya no me alcanzaba el dinero ni para comer. Tengo esposa y una hija pequeña, por ellas dos decidí venirme al Perú”. 

Franco

Un largo camino que requiere apoyo

Ya en la playa de Máncora en Piura, fueron abordados por el equipo de Save the Children quienes les ofrecieron agua y comida, así como la posibilidad de verse beneficiados por el proyecto de ayuda humanitaria. Sin embargo, estaban decididos a seguir su ruta. Ante esta situación, Sandra Marcos de Save the Children coordinó el encuentro de los caminantes con el equipo que se encontraba en Chiclayo. Allí pudieron recibir la ayuda económica que Save the Children brinda especialmente a migrantes en tránsito para asegurar condiciones dignas para su viaje.

El grupo continuó su viaje hacia Lima, donde permanecieron por un tiempo y fueron contactados nuevamente por el equipo del proyecto. Recibieron ayuda en la modalidad de estadía, lo que les permitió pagar su hospedaje y ahorrar algo de lo poco que ganaban vendiendo en la calle. La situación les resultaba muy dura. Es así que, con estos pocos ahorros, Manuel y el resto de los caminantes siguieron su trayecto a Chile, su destino original. Tan solo Franco decidió quedarse, con la esperanza de empezar un negocio propio y reencontrarse con su esposa y su hija en Lima. Sin embargo, ha sentido el vacío por la partida de sus compañeros con los que desarrollaron lazos de familia. Por eso no abandona la posibilidad de encontrarse con ellos en Chile, si la situación le es adversa.   

“En el camino conocimos más hermanos venezolanos, familias enteras, todos necesitados de apoyo económico. Llegamos juntos al encuentro de Save The Children y nos encuestaron a todos. Algunos pudimos acceder a la ayuda humanitaria”. 

Manuel

“Tenía miedo, pero felizmente encontré muchos ángeles en el camino, como mis hermanos caminantes, con los que viajamos hasta aquí, y a la señorita Sandra, de Save The Children, que nos ayudó en Piura, Chiclayo y Lima”. 

Franco

* Los nombres han sido cambiados por política de protección.

Sobre la intervención

El proyecto de “Asistencia inmediata a familias venezolanas en emergencia y riesgo” ha sido implementado por Save the Children con apoyo de la Oficina de Asistencia para Desastres en el Extranjero (OFDA) y Food For Peace (FFP) de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Esta intervención tiene como objetivo brindar ayuda humanitaria de emergencia a inmigrantes venezolanos en situación de riesgo y vulnerabilidad durante su estadía y tránsito por el Perú. Prioriza a mujeres embarazadas y lactantes, personas con discapacidad y/o enfermedades crónicas, familias con niños y niños menores de 18 años, y personas adultas mayores. 

Los ejes de la intervención corresponden a: protección infantil, nutrición y salud, programa de transferencias de efectivo, así como coordinación humanitaria, gestión de la información y comunicación.