José*
Creando sueños en familia
José* y su familia viven en Perú desde el 2018. Los últimos dos años a causa de la pandemia tuvo que recibir sus clases de manera virtual, pero a partir de este año podrá conocer a sus amigos y amigas en persona. Sus padres se dedicaban a labores contables en Venezuela, lo que les facilitó poder implementar su emprendimiento de Hidroponía una vez que se establecieron en Piura. Ellos recibieron apoyo de Save the Children a través del programa “Un camino hacia la integración”. Han recibido asistencia monetaria multipropósito y asesoría nutricional. Su papá Jeferson y su mamá Mariana han recibido capital semilla y mentorías para su emprendimiento de hidroponía en La Arena.
Un viaje hacia Perú
José, Mariana y Jeferson son de Maracay, Venezuela. Tanto Mariana como Jefferson antes de venir a Perú se dedicaban a las Ciencias fiscales. Pero Jefferson, luego de perder su trabajo se empezó dedicar a la electricidad y a ser técnico en refrigeración.
Nosotros decidimos venir a Perú por la condición que había en nuestro país. Todo se puso caro o no había. La inseguridad también era un problema y yo quería darle una mejor vida a mi hijo.
Mariana, madre venezolana
Primero viajó Jefferson en marzo del 2018 y luego de seis meses viajaron José y Mariana. Jeferson al inicio se quedó en Tumbes, donde lo recibieron unos amigos y ahí estuvo alrededor de 5 meses. Trabajó en electricidad, construcción, vendiendo agua, de todo un poco.
Nuestro viaje con José fue sumamente cansado. Primero fuimos de Maracay hasta la frontera con Colombia, casi un día completo de viaje. El cruce de la frontera fue sumamente difícil porque nosotros no contábamos con pasaporte, y aparte de eso tuvimos que cuidarnos de que no nos roben el dinero o nuestra comida. Hicimos un pequeño grupo con las personas que viajaban en el mismo bus y nos cuidamos entre todos.
Mariana
Retomando proyectos
El emprendimiento de hidroponía de Jeferson y Mariana empezó en el contexto de la pandemia por el Covid-19.
Fue en el contexto de la pandemia que todo estaba suspendido y nosotros sin trabajo, entonces comenzamos en la casa a hacer hidroponía. Primero para consumo propio, y luego poco a poco fue creciendo hasta llegar a 1500 plantas. Entonces tuvimos que buscar un espacio más grande y nos movimos a Catacaos.
Mariana
Haciendo un análisis de mercado, se dieron cuenta que, en los distritos de Catacaos y La Arena, no se cultiva hortalizas utilizando la técnica de la hidroponía, sino que suele utilizarse el sistema de cultivo tradicional, y dado que su esposo adquirió experiencia en Venezuela del cultivo de hortalizas y en el Perú, en el uso de la hidroponía, decidieron iniciar su emprendimiento.
Haciendo crecer su emprendimiento
Mariana conoció a Save the Children a través de una amiga, que le envío el formulario virtual para que llene sus datos. Recibieron apoyo a través de transferencias monetarias, lo que les permitió cubrir gastos como el alquiler y la alimentación. También recibieron apoyo psicosocial a través de llamadas telefónicas y juntos decidieron postular para obtener capital semilla para su emprendimiento.
Reunimos todos los requisitos y lo enviamos. Una vez nos comentaron que habían aprobado nuestro proyecto y nos iban a ayudar a que crezca, armamos el presupuesto y el plan de negocio. Luego, también nos han contactado para hacer talleres a través de zoom sobre temas vinculados a emprendimiento.
Mariana
Este capital semilla les permitió ampliar y fortalecer su emprendimiento. Lograron conseguir un terreno de mayor dimensión en el distrito de La Arena, que les permite producir mayor cantidad de hortalizas.
El sueño de Mariana es que su emprendimiento crezca y que les permita abastecer a distintos restaurantes para así poder dedicarse de lleno a este proyecto familiar.
*Los nombres han sido cambiados por política de salvaguarda.
Sobre el proyecto
El proyecto “Un camino hacia la integración” ha sido implementado por Save the Children con apoyo de la Oficina de Población, Refugiados y Migración (BPRM), como parte de la respuesta ante la crisis migratoria venezolana desplegada desde 2018. La intervención tiene como objetivo brindar asistencia humanitaria e integrar socialmente a la niñez y las familias venezolanas que se vieron obligadas a salir de su país por la grave crisis económica. Los ejes del proyecto corresponden a: protección a través de apoyo psicosocial; nutrición y salud; medios de vida a través del fortalecimiento de habilidades para emprender o acceder a un empleo; y ayuda humanitaria para cubrir los gastos mínimos de alimentación, vivienda y abrigo de la familia. En 2020 iniciamos el tránsito a la inclusión e integración sostenible para las familias migrantes, y para el 2022 esperamos que más de 21 mil migrantes, refugiados y desplazados venezolanos vulnerables, especialmente los niños, niñas y adolescentes, accedan a una vida más digna.