Janet*

  • Lima
  • Área: Ayuda Humanitaria

Aprendiendo a vivir diferente

Janet*, con 38 años, se vio obligada a dejar Venezuela hace un par de años con sus tres hijos/as por la difícil situación económica del país. En la actualidad se encuentra viviendo en el distrito de Independencia, en Lima. Aunque en Venezuela ejercía como docente en una escuela pública, en Perú no ha sido fácil acceder a un empleo. Una de las dificultades ha sido no contar con familia cercana o personas de confianza para cuidar a sus hijos menores. Por supuesto, la pandemia ha agravado la situación con las clases virtuales y con la necesidad de quedarse en casa para evitar los contagios.

Emprender de a pocos

En busca de una salida, Janet comenzó a vender un postre venezolano conocido como marquesa, cuya preparación es sencilla y no le exige tener un horno. Así, su día a día se divide entre las tareas del hogar, las clases vía Zoom de su hija Nina* de doce años y su hijo de cuatro, así como la preparación de sus postres, sus publicaciones en redes sociales para generar ventas y la entrega de los pedidos.

Nina* explica por qué la educación a distancia no es de su agrado y cuánto le hace falta el colegio.

No me gusta (la educación a distancia). Extraño el colegio bastante. Es diferente. (…). Lo que extraño más del colegio es pasar tiempo con mis compañeros y hacer las tareas en grupo.

Janet* cuenta que la producción de sus postres se limita al número de pedidos que recibe porque no puede movilizarse lejos para las entregas dejando solos/as a ambos niños/as.

Es un emprendimiento porque en mi país yo no hacía nada de eso. Solo me dedicaba a dar clases y aquí he aprendido de todo (…) Con la pandemia perdí los empleos, me tuve que dedicar a hacer algo. Vi que mis postres quedaban muy buenos, entonces mi hija me dio la idea: mamá, haz unos postrecitos. Al principio solamente eran personas conocidas, pero ya después ha crecido un poquito, ha avanzado un poco…

Luces en el camino

Gracias al grupo en Facebook “Venezolanos en Perú”, Janet* se enteró de las iniciativas de Save the Children para asistir a las familias que habían emigrado al Perú y que se encontraban en medio de situaciones complicadas. De esta manera, después de contestar a una serie de preguntas con respecto a sus necesidades inmediatas, pudo acceder a los diferentes beneficios que le brindaba el proyecto “Asistencia para el bienestar e inclusión de familias migrantes y refugiadas en Perú”.

En dos ocasiones recibió una transferencia en efectivo que la ayudó a cubrir gastos básicos como el alquiler de su hogar y las citas médicas para controlar el hipertiroidismo que padece y que llevaba sin tratamiento desde su llegada a Perú. También le sirvió para reiniciar su emprendimiento y generar ingresos.

En paralelo, Janet* ha sido asesorada en temas de nutrición, lo que le ha permitido conseguir una alimentación balanceada para el crecimiento de sus hijos/as menores y también en temas relacionados a su emprendimiento.

Sin duda, una de los apoyos más importantes ha sido en el aspecto psicológico. Janet nos cuenta que su hijo menor presenta algunos problemas de comportamiento que le causan mucha preocupación y con los que a veces no sabe lidiar. Los consejos brindados en las asesorías psicológicas de Save the Children le han permitido manejar mejor sus emociones y desarrollar algunas pautas en la crianza de sus hijos/as.

(Me han ayudado a) controlar las emociones con mi hijo pequeño (…) me han dado consejos para poderlo tratar, por ejemplo, me han dicho que escriba las cosas negativas que me pasen en el día en un papel y luego deseche ese papel, o lo converse con mis hijos de lo que me está afectando para que ellos no vuelvan a cometerlo. Ese consejo me ha marcado mucho…

Nina* también ha visto el cambio en su mamá generado por la ayuda de Save the Children:

Cuando le avisaron (a mi mamá) que iba ser parte del programa se veía muy feliz. Y eso me hizo sentir muy feliz.

Una escuela para el futuro

Una de las cosas que Janet* más valora es que gracias al apoyo de Save the Children en diferentes facetas no se ha sentido sola.

Me he sentido muy agradecida con la organización Save the Children porque (…) me ha brindado aportes en todos los aspectos de mi vida. O sea, no me he sentido sola acá porque de hecho cuando tú emigras, sales de un país, luego te concibes sola…

Janet* es consciente del momento difícil que le ha tocado vivir, pero no deja de ver el lado positivo. Las dificultades le han permitido hacer cosas nuevas y seguir aprendiendo. Por eso en un futuro ve la posibilidad de volver a dar clases o incluso desarrollar su propio negocio.

…Esta fue mi escuela, aquí aprendí muchas cosas, estoy muy agradecida por eso, porque gracias a esas herramientas que hoy, actualmente tengo, creo que eso me va a servir en un futuro para seguir avanzando. Mis sueños en un futuro quizá me ayudaran a conseguir un empleo en lo que soy, en lo que me preparé, dar clases o sino montar un negocio, donde yo pueda darle una mejor calidad de vida a mis hijos.

*Los nombres han sido cambiados por Política de Salvaguarda.

Sobre el proyecto

El proyecto de “Asistencia para el bienestar e inclusión de familias migrantes y refugiadas en Perú” ha sido implementado por Save the Children con apoyo de la Oficina de Asistencia Humanitaria de USAID (BHA/ USAID). Esta intervención tiene como objetivo brindar asistencia humanitaria a las familias venezolanas que se vieron obligados a salir de su país por la grave crisis económica. Los ejes del proyecto corresponden a: protección a través de apoyo psicosocial; nutrición y salud; medios de vida a través del fortalecimiento de habilidades para emprender o acceder a un empleo; así como ayuda humanitaria para cubrir los gastos mínimos de alimentación, vivienda y abrigo de la familia. 

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