Alix*
Una familia unida contra la adversidad
Alix* tiene cinco años. Asiste al colegio junto con su hermano Sebastián* de 11 años. Ambos nacieron en Venezuela, pero desde hace un año y medio viven con sus papás, su hermano y su abuela en Lima. La adaptación a un nuevo país y a una nueva cultura es un reto que asumen con unión familiar.
Alix es una niña confiada, expresiva e inteligente. Disfruta dibujar acompañada de sus juguetes y jugar en el parque de su barrio con su hermano. Le gusta tener el cabello largo, que le tomen fotos y quiere saberlo todo sobre China y la reina de Inglaterra. Entre sus comidas favoritas están todo aquello que hornea su mamá, Nathaly* (30).
“Ella es repostera y hornea muchas cosas ricas. Galletas, pasteles, ´melao´ (jarabe de caña de azúcar) y algunas otras cosas súper deliciosas”.
Nathaly trabaja temporalmente en administración mientras encuentra algún puesto en su especialidad. Cada noche, al regresar a casa hornea tortas que Valentina, su suegra, sale a vender a la calle para complementar su sueldo. Valentina*, la abuela de Alix, con 64 años, se une al emprendimiento familiar sin dudarlo.
“Nunca en mi vida vendí nada en las calles, pero se hace lo que se tiene que hacer. Mi hijo dice que ahora se me da bien”.
A pesar del esfuerzo conjunto, desde que Alejandro*, padre de Alix, perdió el trabajo, los ingresos familiares se han reducido y ya no es posible pagar el alquiler del departamento en el que viven. Pronto tendrán que mudarse a un sitio más pequeño.
Una difícil decisión
Mientras Alejandro (42) encuentra un nuevo trabajo, cuida a los hijos e hijas de familias vecinas y les enseña matemáticas. Aún recuerda todo el tiempo que le costó tomar la decisión de salir de Venezuela. Antes de la crisis vivían con tranquilidad, sin embargo poco a poco la situación se fue volviendo insostenible. A Alejandro le costaba la idea de dividir a su familia, interrumpir la educación de sus hijos, dejar su hogar, su barrio y sus carreras.
“Teníamos todo lo que necesitábamos y estábamos muy contentos. Nos sentíamos esperanzados. Podíamos salir a comer o ir al cine. Entonces las cosas empezaron a cambiar y empeoraron cada vez más (…). Al final, no tuvimos más remedio que irnos, los niños no tenían futuro allí”.
Nuevos retos
La familia de Alix está enfocada en recuperar la estabilidad y superar las dificultades de vivir lejos de su país natal. A pesar del cansancio y las preocupaciones, Nathaly y Alejandro* se ocupan de que en casa haya juegos y diálogo, que su hija e hijo se sientan seguros para desarrollar sus capacidades.
“Alix es divertida y activa y le gusta hablar. Su hermano es más tranquilo, muy técnico, se llevan muy bien juntos ”.
A Sebastián le gustan las computadoras y jugar en línea con sus amigos de Venezuela y Perú. Cuando crezca quiere ser ingeniero de sistemas, como su papá.
“La mudanza fue un poco difícil. Llevo aquí un año y medio. Una cosa que no me gustó de la mudanza es que tuve que dejar a todos mis amigos en Venezuela (…). Me gusta estar con mi papá, mi mamá, mi hermana y mi abuela. Me siento más feliz cuando estoy con mi familia“.
Un lugar seguro
La familia de Alix actualmente se beneficia del programa de transferencias de efectivo que realiza Save the Children para atender a familias en situación de vulnerabilidad. Además, con frecuencia, Alix y su hermano Sebastián asisten a uno de los espacios amigables para niños, niñas y adolescentes de Save the Children en la ciudad de Lima.
A este lugar asisten alrededor de 20 niños y niñas de otras familias migrantes para recibir apoyo práctico, psicosocial y nutricional. Cuando es su turno de participar, Alix cuenta cómo fue su viaje desde Venezuela hasta Perú. Su imaginación vuela tan alto que a veces confunde la realidad con la fantasía. Explica cómo llegó a Perú después de viajar a través de Colombia, Ecuador pasando por ¡China! Los demás niños y niñas escuchan con atención. Después es momento de hacer estiramientos y todos a bailar.
*Los nombres reales fueron cambiados por política de protección.
Sobre la intervención:
El proyecto de “Asistencia inmediata a familias venezolanas en emergencia y riesgo” ha sido implementado por Save the Children con apoyo de la Oficina de Asistencia para Desastres en el Extranjero (OFDA) y Food For Peace (FFP) de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Esta intervención tiene como objetivo brindar ayuda humanitaria de emergencia a migrantes venezolanos en situación de riesgo y vulnerabilidad durante su estadía y tránsito por el Perú. Prioriza a mujeres embarazadas y lactantes, personas con discapacidad y/o enfermedades crónicas, familias con niños y niños menores de 18 años, y personas adultas mayores.
Los ejes de la intervención corresponden a: protección infantil, nutrición y salud, programa de transferencias de efectivo, así como coordinación humanitaria, gestión de la información y comunicación.