Lambayeque: Mesa de Movilidad Humana busca el compromiso regional para que más niños migrantes accedan a educación
La Mesa de Movilidad Humana y Trata de Personas en Lambayeque, comandada por la Diócesis de Chiclayo, converge los esfuerzos de diversas organizaciones, como Save The Children, que trabajan para atender a migrantes en situación de vulnerabilidad en Lambayeque.
En esta entrevista, Yolanda Díaz, la coordinadora de la mesa, habla sobre la importancia del trabajo articulado e intersectorial para promover una migración digna, y sobre los próximos pasos para garantizar que la niñez migrante acceda a educación y salud.
¿Cómo nació la Mesa de Movilidad Humana y Trata de Personas en Lambayeque?
Nació por iniciativa de nuestro obispo, Monseñor Robert Pregos. La mesa era un espacio existente y se volvió a activar a propósito de la migración venezolana, ya que en la región existe una gran afluencia de migrantes venezolanos, ya sea en tránsito o para establecerse. Era necesario reactivar la mesa para la atención oportuna de esta población vulnerable.
¿Cuáles son los principales logros de esta mesa?
La mesa ha permitido grandes avances en materia de migración digna. Nuestro primer gran paso fue crear una oficina de atención al migrante. Esto permite hacer un registro de los migrantes que llegan, su información y sus necesidades; así hemos podido ubicar a las personas más vulnerables y ofrecerles atención oportuna. Esta ayuda no hubiese sido posible sin el gran aporte de los miembros de la Mesa que han constituido una red de apoyo mutuo que se extiende en 11 distritos de la región. El trabajo conjunto nos ha permitido atender problemáticas como la falta de documentación adecuada de los migrantes o la falta de acceso a educación y salud. La comisión ha logrado articular ayuda en muchos de estos casos, con el apoyo de iglesias, parroquias y otras organizaciones como la Cruz Roja y Save The Children.
¿De qué manera han coordinado con Save The Children?
A través de la red hemos podido identificar a las familias más vulnerables y derivarlas con Save the Children para que puedan recibir ayuda humanitaria y participar de los talleres que ofrecen de nutrición y protección. Juntos hemos podido desarrollar mecanismos para que las familias que reciban la ayuda sean aquellas que realmente lo necesiten y no repetir esfuerzos. La comunicación ha sido muy fluida. Además, hemos sido también capacitados por ellos, en cuanto a los estándares de atención que manejan. Aprendimos mucho gracias a este vínculo, debemos reconocer y felicitar su trabajo en la región.
Desde la mesa ¿cuáles consideran que serían los siguientes pasos para que los migrantes puedan ejercer sus derechos y vivir con dignidad?
En primera instancia garantizar el acceso a la educación de los niños y niñas. Muchos no pueden matricularse por falta de cupos, por haber llegado a destiempo y el tema de la documentación. Como comisión hemos logrado que muchos de estos niños ingresen a las escuelas públicas. Pero queremos que este año más niños puedan matricularse, porque es un derecho. La mesa ha logrado que el gerente de educación se comprometa a trabajar por mejorar las condiciones para los niños y niñas migrantes puedan asistir a la escuela, gracias a un trabajo de incidencia que se hizo con Save The Children en la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza.
Otro tema importantísimo que debemos seguir trabajando es el acceso a la salud; no hay día que no tengamos casos en situación de peligro, de familias que viven en situaciones muy precarias y que no pueden atenderse. Muchos no logran afiliarse al SIS y no cuentan con la documentación adecuada, pero estamos en eso, de ver de qué manera articulamos. Ahora mismo articulamos con la Cruz Roja y voluntarios de hospitales.
Así mismo consideramos importante generar espacios de escucha para los migrantes. Debemos escuchar cuáles son sus necesidades reales, sus dificultades más urgentes. Estos diálogos servirían para compartir opiniones, mejorar las intervenciones que tenemos en la región y, en base a ello, construir una sociedad que integre la cultura peruana y todas las demás, como la venezolana. El enfoque intercultural debería alcanzar también a migrantes.
Por otro lado, nosotros sabemos que el asistencialismo tiene un techo. Consideramos que fortalecer las capacidades de los migrantes, lograr su incorporación en las diferentes áreas del desarrollo en Lambayeque es muy importante. Por ahora estamos acompañando los pequeños emprendimientos que están haciendo, como crianza de animales y otros micro negocios.
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Como parte del proyecto “Asistencia inmediata a familias venezolanas en emergencia y riesgo”, Save The Children ha atendido a más de 1800 familias venezolanas en situación de vulnerabilidad en Lambayeque a enero del 2020, quienes recibieron ayuda humanitaria y fueron parte de talleres formativos de nutrición en lactancia materna y alimentación complementaria, además de participar en sesiones de apoyo psicoemocional y protección. Además, el proyecto articula con organizaciones como la Diócesis de Chiclayo para llevar a cabo actividades en pro de la integración de peruanos y venezolanos y de la migración digna.