¿Cómo ayudar en la educación de nuestros hijos e hijas?

  • 19 de Octubre de 2020
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La pandemia nos sorprendió a todos y uno de los grandes cambios es que los niños y niñas están recibiendo las clases en casa. La medida busca protegerlos, pero también a su entorno más cercano. Si eres padre o madre probablemente ahora te encuentres mucho más involucrado/a en su proceso de aprendizaje. 

Entonces, ante esta situación, la gran pregunta es qué significa aprender en tiempos de COVID-19. Y si damos un paso más, también nos planteamos cómo padres y madres podemos ayudar a los niños, niñas y adolescentes en su educación. 

Ayúdate para poder ayudar

Todos estamos aprendiendo, no solo los niños y niñas. Como padres o madres es posible que a veces nos sintamos angustiados/as, pero no debemos esperar que todo sea perfecto. Iremos adaptándonos y aprendiendo en el camino. 

Esta es una gran oportunidad para estar juntos. ¿Cuántas veces te quejaste de que no tenías tiempo para estar con tus hijos/as? Es un momento para fortalecer los vínculos y conocer a tu hijo o hija. ¡Ojo! No solo en sus clases sino durante todo el tiempo que comparten en casa. 

Mantente en contacto con el colegio y sus maestros. Quizá ahora estemos entendiendo y valorando el trabajo de los profesores y profesoras. Consúltales todas las veces que sea necesario. En algunos casos, por ejemplo, los niños y niñas más pequeñas o con discapacidad, seguramente requerirán atención especial. Busca siempre la guía de profesionales.

Al educar… ¡recuerda!

  • Cada persona es única y por eso aprende de manera diferente. Ellos y ellas no aprenderán como tú aprendiste en la niñez. Incluso cada uno de tus hijos e hijas quizá necesite recursos o métodos distintos. Por ejemplo, algunos pueden necesitar ayudas visuales como fotografías, otros necesitarán escuchar una voz. 
  • La educación se relaciona con el desarrollo de la autonomía. Por tanto, no realices las tareas de los niños o niñas. Desde la infancia es importante que los animemos a tomar sus propias decisiones y a hacerse responsables, especialmente en estos tiempos. 
  • Ponte en sus zapatos. Como adultos puede ser complicado entender las necesidades o deseos de los niños y niñas. En el proceso de aprendizaje, es importante intentar ver las cosas desde su punto de vista. Algo que es muy fácil para ti, puede resultar difícil para él o ella. 

¿Cómo ayudarlos/as en su proceso de aprendizaje? 

Ayúdalos a organizarse. Arma un horario con él o ella. Explícale que tendrá tiempo para estudiar, pero también tendrá momentos de descanso y relajo. Incluye también el tiempo en el que ayudará en casa. ¡Esto también es parte del aprendizaje!

Prepara un espacio específico. El niño o niña necesitará un espacio para estudiar, en el que pueda concentrarse. Puede ser un lugar compartido como la sala o el comedor, pero lo mejor es que sea diferente al que usa para entretenerse o jugar y en el que no se desarrollen otras actividades al mismo tiempo.  

Asegúrate que tengan actividad física. Esta parte es esencial dentro de su desarrollo. Busca actividades que puedan realizar en casa y que los mantenga activos/as. Por ejemplo, saltar la soga, jugar a las escondidas, bailar, etc. Si deciden salir, sigue todas las recomendaciones brindadas: la salida debe ser solo una vez al día por 30 minutos, máximo a 500 metros de casa.  

Fortalezcamos las redes de apoyo. Busquemos ayuda. Quizá tenemos amigos con hijos e hijas de las mismas edades o podemos contactarnos con los papás de los compañeros del colegio. Es un buen momento para compartir inquietudes y encontrar soluciones juntos/as. Nuevamente, recuerda que todos y todas estamos aprendiendo. También alentemos a que los niños y niñas busquen sus propias redes, contactando a sus compañeros y compañeras de clase.  

Vigila la información que recibe tu hijo o hija. Recuerda que internet es una fuente de conocimiento, pero también puede brindar información falsa e incluso peligrosa. Mantente alerta de los contenidos a los que accede tu niño o niña en las redes o páginas web. No dejes de hablar con ellos/as sobre los posibles riesgos que guarda el internet. 

Ofrece refuerzo positivo. No sumemos estrés a nuestros hijos e hijas, sino más bien brindemos apoyo ante las emociones negativas, como el temor o la frustración, que puedan estar sintiendo. ¿Cómo alentarlos? Explícales que, si cumple con sus deberes, obtendrán un estímulo agradable. Por ejemplo: “Si haces bien tu tarea, luego podrás ver televisión”. 

Nadie dice que la tarea de educar es sencilla, nos encontramos ante un desafío en el que tus mejores herramientas serán la paciencia y la buena comunicación. Piensa en lo importante que es la educación: es la puerta para que tu hijo o hija logre desarrollarse integralmente como persona. 

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