Diego

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Diego y su familia frente a las sequías

Diego tiene 6 años, vive con su familia en San José de Apata, en Junín, una región altoandina de Perú. Se levanta temprano todos los días para ir a la escuela. Le gusta manejar bicicleta y de grande quiere ser futbolista. Diego ha notado que en comunidad no siempre hay agua y le pregunta a Nora, su madre: “Mamá, ¿de dónde tomaban agua mis abuelos?”.

“Nuestros abuelos tomaban agua del puquio. No teníamos agua en el caño. Traíamos galones, baldes grandes. De esa agua nos bañábamos, cocinábamos. Desde las cuatro de la mañana recolectaban nuestros abuelos.”, responde Nora, mamá de Diego.

La comunidad de San José de Apata tiene un puquio (manantial) a 5 kilómetros, y es su fuente principal de agua. “Quien contamina paga su multa”, dice Nora. Este puquio está presente en la comunidad desde hace muchos años. Nora, cuando era niña cargaba el agua para sus abuelos, quienes no tenían agua en casa. “Antes si o si debíamos a carrear el agua”.

Nora y Timoteo, padres de Diego, tienen tierras donde siembran diversos alimentos. “Mi papá y mi mamá siembran papa, olluco, cuando hay cosecha los acompaño. Algunos días no le acompaño porque tengo escuela”, dice Diego. Ellos suelen juntar agua de un puquio cercano a su casa, para cocinar, beber, asearse y para sus animales.

Las sequías en la comunidad de Diego

Diego cuenta que en su comunidad si hay de donde obtener agua: “Aquí hay ríos, algunos, pero son lejos. En el río lavamos ropa, a veces nos bañamos”. Sin embargo, durante algunos meses, la comunidad no cuenta con acceso a agua potable. “Algunas veces se secan los ríos, así no hay agua, los peces mueren, la ropa no se puede lavar”, comenta Nora.

“Yo tengo un perro, un gato y tenía pollitos pero ya se han muerto, también tengo gallinas, carnero, conejos, vaca. Cuando no llueve me siento muy asustado porque los animales no tienen que comer”, nos cuenta Diego. Esta escasez ocasiona que los animales no estén bien alimentados y sufran las enfermedades de la peor manera, asimismo, no crece el pasto para su alimentación.

“En tiempo de agosto se secan el pasto y tenemos que bajar a la feria a comprar pasto para los animales. En cuanto a alimentación, en este caso que tenemos verduras, hortalizas en tiempo de sequía se seca todo, estamos bajo de economía”, dice Nora.

Las sequías, para la familia de Diego, significan que no pueden limpiar la casa a diario, que no pueden tomar agua, que no pueden bañarse a diario. Se exponen a enfermarse porque deben salir muy temprano a recolectar agua. “Los niños están acostumbrados a levantarse a las 6 de la mañana, pero la helada está y hace frío, da la gripe. No podemos bañarlos para enviarlos a la escuela, tenemos que cuidarlos”, nos cuenta Nora.

“Nuestros hijos tienen que tomar más agua, eso a mí me obliga a dejar de tomarla”

Nora y Timoteo deben producir más para poder comprar víveres en su hogar. Ellos viven en incertidumbre porque no saben si la cosecha les dará lo esperado. La cosecha a veces resulta con productos de poca calidad y por consecuencia, tienen que bajar los precios para su venta: “Tenemos que salir a trabajar nosotros. Tenemos que ir a trabajar al valle para ganar un sueldito para poderle comprar algo a nuestros hijos”, comenta Nora.

Haciendo frente a las sequías

La comunidad de San José de Apata suele organizarse frente a las sequías. Quienes tienen más cosecha comparten con las familias que no tienen, para que sus hijos puedan comer. Realizan trueques. También, hombres y mujeres realizan faenas comunitarias para poder luchar juntos contra las sequías. Durante el mes de junio, hacen una zanja de filtración para almacenar agua. También conservan pasto y reforestan alrededor de los ojos de agua (fuentes de agua), para que estén protegidos.

“Es importante que nuestros niños en un futuro no sufran lo que nosotros estamos sufriendo ahora, estamos haciendo almácigo para que ellos no sufran la sequía.” (Nora). En la comunidad de Diego, las familias les enseñan a sus hijos a seleccionar plásticos para reciclar, a no tirar la basura en cualquier lado. Las faenas comunitarias ayudan a hablar de esos temas para evitar el daño al medio ambiente.  Además, tienen rituales heredados de sus padres o abuelos frente a estos eventos climáticos “Quemamos huano, con huesos para que no caiga la helada” “Yo veía a mi abuelita cuando el cielo se ponía negro, que jabonaba la hoz para que no caiga el hielo (Nora).

Nora y el comité comunitario de Acciones Anticipatorias

Nora es agricultora y ganadera, además, se dedica a cocinar y a apoyar en la comunidad a través de las faenas. Al conocer a Save the Children aprendió todo en lo que puede afectarle la sequía. “No nos damos cuenta de los cambios climáticos que estamos sufriendo ahora nos damos cuenta la razón por la cual sufrimos. Sufrimos del agua de las lluvias. Ahora si podemos comprender.”

“Las sequías se dan por mucha por contaminación, hay contaminación del río, botan basura, queman las llantas, no lo mantenemos limpio” menciona Nora, reconociendo que todas las personas tienen la responsabilidad de cuidar las fuentes de agua, ya que la comunidad no está acostumbrada a desechar de forma ordenada sus desperdicios. “Por eso queman llantas con basura, en vez de hacer reforestación están cortando los árboles, los queman, ese humo está haciendo contaminación al medio ambiente, desde allí ya estamos contaminando” concluye Nora.

Nora, junto a otros líderes comunitarios de San José de Apata, conformaron el comité comunitario de acciones anticipatorias frente a sequías. Ellos se capacitaron en conocer más sobre las sequías, heladas y como prepararse frente a ellas junto a Save the Children, Descocentro, nuestro socio local, y el Servicio Nacional de Hidrología y Meteorología (SENAMHI) del Perú.

“Yo ya he aprendido en la capacitación que nos dio Save the Children y Descocentro, a prevenir para que no nos afecte nuestras siembras en nuestros hogares y nuestros animales. Me gustaría seguir aprendiendo a cuidar nuestro medio ambiente. Qué alimentos podría darles a nuestros hijos para que estén sano y sea un profesional. Me comprometo a apoyar en mi comunidad a hacer qochas (fuentes de agua) para hacer bien captación de agua”.

Sobre la intervención

Save the Children, busca promover acciones que se anticipen a los impactos de las sequías a los que están expuestas las comunidades de Junín y Huancavelica. Para ello ha desarrollado una herramienta junto al Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI) el Sistema de Información Agrometeorológica – SIA.

Esta herramienta tiene la finalidad de generar información de anticipación de hasta 3 meses de anticipación, sobre riesgos climáticos. Con el objetivo de que las comunidades y el Estado tomen acción anticipada frente a las sequías que ocasionan la pérdida de cultivos, la mortandad pecuaria, afectando principalmente a pequeña agricultura rural del Perú.

Hoy la familia de Diego, como la de otros niños de su comunidad se encuentra preparada para tomar acción frente a una futura sequía. Podrán reducir la posibilidad de perder los animales y sus tierras. Asegurar su alimentación en el hogar y sus medios de vida.

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